viernes, 18 de febrero de 2011

TERCERA ENTREGA

¿¿¿Por qué lugares viajarán nuestr@s amig@s en esta ocasión??? ¿¿¿Qué aventuras les sucederán??? ¿¿¿A qué personajes conocerán??? ¿Quieres averiguarlo?

Aquí van unas pistas...

(...) la nueva nube de humo les llevó hasta un camino rural en las afueras de una población, y unos metros más, encontraron un cartel donde ponía: Almería 1 Km. Les cayó la noche a nuestros amigos que oían no muy lejos música y cohetes. La luna, más llena que nunca, brillaba como un diamante, iluminando la senda que llevaría a nuestros protagonistas hasta un espectáculo musical al aire libre. Sonaba la canción: (...)



Ya sabes, para tener la aventura completa habrá que esperar al Día del Libro... ¿aguantaremos tanta intriga?

martes, 8 de febrero de 2011

SEGUNDA ENTREGA DE NUESTRA AVENTURA

¿Estáis intrigados por saber qué les sucedió a nuestr@s amig@s Yumara, Ernesto, Celia y Joselito?

¿Queréis saber qué nuevas aventuras les esperan y dónde?

Aquí va un pequeño fragmento :

Mientras hablaban el periodista y Rosa Aguilar, mirando el cuadro , ven cómo de entre las piernas de la piconera y desde la copa de carbón aparecía una niña que intentaba esconderse entre toda la multitud que allí se encontraba. Celia se muestra intranquila por ver tanta gente, pero a la vez feliz por ver a personas conocidas, gente de la tele, periodistas de "Tele Coronil"... pero de repente busca a sus amigos para compartir su alegría y... ¡No hay nadie...!


Bueno... ¿Qué os ha parecido?¿Os habéis quedado con la miel en los labios?

Pues habrá que ser pacientes, pues para conocer la aventura completa tendremos que esperar hasta el día 23 de Abril, el Día del Libro. Ese día tendremos en nuestras manos esta maravillosa historia que estamos haciendo entre tod@s.

martes, 1 de febrero de 2011

CAPÍTULO 1


Una tarde de verano del año 2010, en la piscina municipal de El Coronil se celebraba una Gymkana para todos los niños del pueblo. Entre todos ellos se encontraban, un grupo formado por: Celia, Joselito, Yumara y Ernesto.

Celia, era una chica de 11 años que cursaba 6º de primaria, de estatura media y un poco obesa, de carácter fuerte, muy cabezona, nunca daba su brazo a torcer, y muy caprichosa ya que era hija única y estaba muy mimada por sus padres y abuelos.

Ernesto, tenía 9 años estaba en 4º de primaria, era bajito y de composición fuerte, el pelo moreno y corto, ojos azules, nariz y labios finos. Era un niño de carácter agradable, alegre y un poco tímido, que intentaba pasar desapercibido aunque siempre que había un problema intentaba dar una solución. En el dedo índice de su mano derecha llevaba un anillo de oro, evitaba siempre hablar sobre él, lo que le hacía ser un poco misterioso.

Joselito, tenía 11 años era alto y muy delgado. Era un chico muy moreno de piel con ojos claros, destacando en su físico su nariz chata y su boca pequeña. No era un buen estudiante, siendo muy travieso y nervioso. Le encantaba escuchar y bailar Rap, siempre iba con ropa deportiva y su gorra.

Yumara, era una chica marroquí de 8 años que había llegado al pueblo en el 2005. Estaba en 3º de primaria, era alta y delgada, de piel morena siempre iba con su pelo moreno y rizado recogido con dos trenzas. Tenía unos ojos preciosos de color miel, grandes y vivarachos con pestañas muy alargadas, con una nariz chata y labios carnosos con dientes blancos como perlas. Era muy simpática, amiga de todos, bastante nerviosa, solidaria y trabajadora. Sus mayores aficiones eran el atletismo, el tenis y la lectura. Le encantaba leer libros de aventuras.

- Joselito, un poco enfadado dijo: ¡Vaya grupo me ha tocado!, encima dos niñas y una de ellas marroquí. ¡Así es imposible que gane esta Gymkana!

- Yumara muy enfadada le contestó: Recuerda lo que hemos aprendido en nuestro cole “Todos somos iguales”, somos un equipo donde no existe ni raza ni sexo, si todos ponemos lo mejor de cada uno podremos conseguir nuestros objetivos.

- Joselito avergonzado de su comentario respondió: Tienes razón. Todos somos Iguales, a partir de ahora seremos un equipo donde todos iremos a una.

- Ya que somos un equipo, ¿Por qué no nos inventamos un grito de guerra?- preguntó Celia.

- Ernesto contestó: Muy buena idea, podríamos hacer el grito al principio de cada prueba.

- Joselito un poco emocionado exclamó: ¡Hoy mi amiga Yumara, me ha dado una lección! Luego propongo que gritemos “TODOS SOMOS IGUALES”, así estaremos más unidos.

- Los demás respondieron: ¡Muy buena idea! ¡Ya tenemos grito de guerra!

Se acercaba el inicio de la Gymkana, los nervios se apoderaron de todos los participantes. El monitor encargado de dar la salida, explicó la primera prueba: “Cuando pite, un miembro de cada equipo tendrá que cruzarse la piscina a lo ancho y encontrar en el fondo una de las tarjetas que os indicarán unas series de pistas, que os llevarán al lugar donde se encuentra la siguiente prueba”.

Los componentes del grupo hicieron un sorteo para ver quien nadaba, el azar quiso que la “afortunada” fuera Celia.

- Celia asustada dijo: ¡Yo no me mojo la cabeza, mejor que lo haga uno de vosotros!. Además soy muy lenta nadando y seguro que llego la última.

- Ernesto respondió: Recuerda nuestro grito de guerra, no seas tan negativa contigo misma, ¡seguro que lo haces muy bien! Además nosotros estaremos dándote fuerza desde la valla.

- ¡Ánimo Celia!, ¡Tú puedes!

- Gracias compañeros por vuestro apoyo, ahora estoy muy motivada y sé que puedo hacerlo bien,- agradeció Celia-.

Justo antes que el monitor diera la salida, Celia se colocó en posición.

- ¡Preparados, listos... YA! El monitor pitó y los concursantes saltaron al agua.

Celia pensativa y un poco distraída saltó al agua una de las últimas, sus compañeros no paraban de animarla -¡Vamoooss, Celiaaaa tú puedes! Gritaban todos a la vez. Estos gritos le dieron más fuerza a Celia y comenzó a remontar, se cruzó la piscina, cogió un poco de aire y se sumergió rápidamente hacia el fondo, allí encontró una tarjeta y se la dio a sus compañeros.

Yumara se apresuró a recoger la tarjeta y comenzó a leerla:

- “ Muchos libros hay donde tenéis que ir y una gran pista podréis conseguir”.

Joselito muy rápido exclamó: ¡ Es muy fácil, seguro que es en la Biblioteca!

- ¡ Claro que si!- Dijeron sus compañeros-.

Todos juntos salieron corriendo, dirección a la biblioteca municipal, situada en la Casa de la Cultura. Una vez allí, se encontraron con la bibliotecaria y le preguntaron:

- ¿Qué tenemos que hacer? , ¿Dónde está la siguiente pista?.

La bibliotecaria respondió: - “En algunos de los libros que trata sobre la Historia de El Coronil encontraréis la siguiente pista”, ¡Ánimo chicos!

Ernesto dijo: -“Vamos equipo, no hay tiempo que perder”. -¡Lo encontraremos seguro!- gritó Celia-.

Los chicos empezaron a buscar libros de El Coronil, cuando de pronto a Yumara le llamó la atención un libro situado en un rincón detrás de varias cajas: -¡Mirad este libro, parece muy viejo! ¿verdad? Estaba aquí escondido-.

Ernesto dijo: “No perdamos tiempo, sigamos buscando”. - Parece bastante misterioso, ¿y si lo abrimos?- comentó Celia. Joselito muy nervioso contestó: “¡vamos abrirlo!”. Ernesto resignado dijo: “Venga vale, pero ¿cómo se titula ?”. Yumara contestó: - No sé, tiene bastante polvo, vamos a limpiarlo y veremos de qué va-.

Joselito cogió un trapo situado en una estantería y comenzó a quitar el polvo de la portada del libro.

“Las grandes historias vivas de El Coronil” dijo Celia muy sorprendida. Los miembros del grupo se miraron unos a otros y durante unos segundos reinó el silencio.

Yumara muy confiada dijo: “Vamos abrirlo, a lo mejor nos encontramos la siguiente pista en este libro tan misterioso”

Ernesto cogió el libro, y lo abrió, el ambiente se fue distorsionando. “¿Qué está pasando? ¡Tengo miedo!, -! Cierra el libro!, -dijo Joselito-.

Celia, contestó: “No pasa nada, ¡pasemos de página!”. Ernesto obedeció a Celia, pasó de página y algo extraño ocurrió: Salió del libro un gran tornado de aire que absorbió a los cuatro amigos.

De repente, se encontraron en un pueblo con pocas casas y Ernesto seguía con el libro en la mano. Muy sorprendidos y a la vez asustados, dijeron: ¿Dónde estamos? Empezaron a caminar por el poblado y vieron a lo lejos un hombre que poco a poco se acercaba al grupo.

Yumara dijo: “Buenas tardes, ¿quién eres?, ¿ dónde estamos?, ¿ nos puede ayudar?”

El hombre contestó: - Soy Ruy Pérez de Esquivel, estamos en el año 1381. He traído quince vecinos libres de impuestos para poblar un nuevo pueblo, le llamaré: El Coronil.

- ¡Imposible!, ¡no puede ser!, estamos en el año 2010, nuestro pueblo es El Coronil y no se parece en nada a este poblado, -dijo Ernesto-.

Celia asustada, le preguntó: “¿Por favor, me puedes dejar tu móvil, para llamar a mi mamá?”.

- ¿Móvil? ¿ Qué es eso? - preguntó extrañado Ruy Pérez de Esquivel-.

Yumara le explicó: “Es un aparato que utilizamos para comunicarnos con las personas”.

Ruy Pérez de Esquivel soltó una carcajada, os vuelvo a repetir chicos estamos en el año 1381, os puedo ofrecer pan y un techo para que paséis la noche.

Viendo que no tenían otra salida, aceptaron el ofrecimiento. Los chicos llegaron a la casa. -¡Estoy hambrienta! -dijo Celia-. Pasado unos minutos un hombre y una mujer le llevaron a los chicos la cena: cuatro barras de pan y un cántaro lleno de agua.

- ¿Y la comida cuando viene? -preguntó Joselito-. -La comida es ésta, -dijo la mujer-. ¿Ésta?- dijeron al unísono.

- ¡Quién cogiera las lentejas que me dejé este mediodía en el plato! - dijo Joselito-.

Al principio no querían comer, porque no estaban acostumbrados a comer solo pan. Mientras avanzaba la noche, las tripas le sonaban cada vez más, al final se lo tuvieron que comer e incluso le supieron a gloria esas barras de pan. Una vez cenaron, el sueño les rindió y estuvieron descansando hasta el amanecer, cuando despertaron con el canto de un gallo.

Después de pensar y pensar, Yumara dijo: “¡Tengo una idea! Si cuando abrimos el libro nos transportó aquí, si lo volvemos abrir ¿a lo mejor nos lleva a nuestra época?”.

Joselito asustado replicó: “¿y si lo abrimos y nos transportan a la Prehistoria? No me quiero imaginar vivir en una cueva y tener que ir a cazar para comer”.

Celia continúo diciendo: “Solo espero que nos transporten a nuestro pueblo y si no al futuro donde haya muchas tiendas y ropas de última moda”.

Yumara volvió a hablar: “Chicos vamos a dejarnos de tonterías y vamos abrir el libro, para ver lo que pasa. ¿Estamos de acuerdo?

- De acuerdo- contestó el grupo. Todos unidos se agarraron de las manos y con un poco miedo contaron hasta tres y abrieron el libro. Todos juntos gritaron: una, dos y...... tres.

De nuevo al abrir el libro, el grupo volvió a ser absorbido por un tornado de aire y aparecieron en un palacete.

- ¿ Dónde estamos? - preguntó Ernesto.

- No tengo ni idea pero me suena bastante este edificio. Vayamos a dar una vuelta a ver si encontramos a alguien que nos pueda ayudar- respondió Celia-.

Pasados unos minutos se encontraron con una pareja que parecía que iban disfrazados de traje de época. Joselito preguntó: “¿Quiénes sois?, ¿Dónde estamos?” La mujer con una sonrisa en la boca contestó: - Soy María Ana de la Calle y él es mi marido Don Diego Quebrado. ¿Maria Ana de la Calle? ¡así se llama nuestro cole!- dijo Ernesto-.

- ¿Vuestro colegio? Si aquí en El Coronil no hay ningún colegio.- dijo sorprendida-.

- ¿Pero en qué año estamos?- preguntó Yumara-.

- Estamos en el 1768.- respondió María Ana-.

- ¡Oh no, no me lo puedo creer!, hemos avanzado 300 años pero seguimos muy lejos del año 2010 - exclamó Joselito-. Celia volvió a repetir: “¡Este lugar me suena bastante!”. Ernesto respondió: “Claro ya sé, ¡estamos en la Casa de la Cultura!”

Maria Ana de la Calle y Diego Quebrado se echaron a reír y le comentaron que estaban en su palacete, que había sido construido en el 1714 tras su boda.

- Habeís dicho anteriormente que vuestro colegio se llama Maria Ana de la Calle, -expresó Mariana-. - ¿Sabeís por qué?-.

- Según nos han comentado nuestros maestros, en el año 1771 donaréis vuestro palacete para formar la primera escuela pública en nuestra localidad y en agradecimiento a partir de ahí llevará su nombre nuestro cole,- explicó Ernesto-.

- Podéis llevar razón chicos, ya he comentado con mi mujer un par de veces que si no tenemos hijos, el día de mi muerte donemos nuestros bienes a todos los hijos coronileños, para que puedan aprender a leer y escribir -dijo Diego Quebrado-.

- Me siento muy orgullosa de que vuestro cole lleve mi nombre - dijo María Ana muy emocionada, al conocer que los planes que tenía en mente con su marido iban a llegar a buen puerto, y que gracias a esa donación se formarían muchos coronileños a partir del año 1771.

D. Diego Quebrado se quedó un poco pensativo y comentó un poco preocupado, - chicos si todo lo que comentáis es verdad,… ¿me quedan tres años de vida?

- Lamentablemente creo que sí -dijo Joselito-. Aunque la vida es algo maravillosa que todos los días nos trae sorpresas, de hecho nosotros ayer estábamos muy tranquilos en nuestra piscina municipal jugando y de repente mira donde hemos aparecido, gracias a este libro mágico.

- ¿ Un libro mágico? - preguntó extrañada María Ana-.

- Si un libro mágico, que nos está transportando en el tiempo y gracias a él estamos conociendo personajes históricos de El Coronil - replicó.

- ¿ Nos podríais dejar el libro, para transportarnos al año 2010 y así ver como es el colegio que lleva el nombre de mi mujer? - dijo Diego Quebrado-.

- Vale os lo dejamos, pero traérnoslo de vuelta ya que nosotros queremos volver a nuestra época y solo lo podemos hacer a través del libro.- respondió Yumara-.

María Ana y Diego cogieron el libro entusiasmados, empezaron a pasar páginas pero allí no pasaba absolutamente nada, los chicos se miraron unos a otros y dijeron: “¡Oh no, no puede ser no nos podemos quedar en esta época! ¿cómo volvemos?”

- ¡No volveré a ver a mi perro Lulú!, - dijo Celia preocupada-.

María Ana y Diego les comentaron a los chicos que ya que no han podido ver como es el colegio en el año 2010, si ellos le podían describir como era. - Por supuesto - dijo Ernesto: - Es un colegio grande de dos plantas, con amplias clases, un gimnasio donde los niños realizan Educación Física, dos patios enormes, uno para los niños de Primaria y otros para los más pequeños, una gran biblioteca donde hay muchos libros, que podemos llevárnoslo a nuestra casa gracias a un carné que tenemos. En él estudiamos más de 400 niños y nos dan clases alrededor de 30 maestros. También hay un gran salón al que llamamos S.U.M, donde realizamos teatros, vemos películas y se realizan exposiciones como la Feria del Libro.

María Ana y Diego muy emocionados, dijeron: - ¡Qué colegio tan bueno tenéis! Os damos la enhorabuena- . - Nosotros os damos las gracias a ustedes, ya que sin vuestra donación esto no hubiera sido posible, comentaron los cuatro chicos muy agradecidos.

Joselito asustado, le rogó a Maria Ana que le devolviera el libro, para comprobar si el libro había dejado de ser mágico. De lo nervioso que estaba, solo de pensar que se podían quedar en aquella época, a Joselito se le resbaló de sus manos el libro, éste al chocar contra el suelo se abrió pasando varias páginas, los chicos se pusieron muy nerviosos y acudieron rápidamente a ver qué sucedía, se agacharon para recoger el libro y de pronto volvió a salir de nuevo un tornado de aire que fue absorbiendo a los chicos uno a uno.

Los chicos aparecieron junto a la iglesia del pueblo, esta es la iglesia de nuestro pueblo -dijo Ernesto-.

- Chicos, ¿os acordáis lo que explicó el maestro?, estas casas y estas estructuras parecen del principio del siglo XX, luego, creo que hemos avanzado en el tiempo pero seguimos a un siglo del 2010. Para asegurarnos demos una vuelta y preguntemos a alguien en qué año estamos.

Los cuatro compañeros empezaron a andar por las calles del pueblo y a lo lejos se acercaba un hombre con una bata blanca y una mascarilla. Yumara se asustó al ver que ese hombre con la mascarilla se acercaba a ellos.

El hombre notó el miedo de los chicos y dijo: - No os preocupéis , solo vengo a ayudaros, no podéis permanecer en la calle, los habitantes de este pueblo están siendo azotados por una epidemia que está provocando grandes fiebres mortales, luego os aconsejo que os vayáis a vuestra casa-.

“¿ A nuestra casa?. No sabemos dónde está, vivimos en El Coronil pero del año 2010, ¿en qué año estamos?- preguntó Joselito-.

El hombre un poco extrañado contestó: “¿El 2010?, si faltan 100 años para llegar al 2010, eso es imposible. Dejaros de historias fantásticas y venid conmigo a mi consulta”.

- ¿ A tu consulta? ¿ Pero quién eres?- Preguntó Yumara-.

- Mi nombre es Salvador Escassis y soy doctor en el pueblo, venid conmigo y os refugiaré en mi casa, allí os haré un chequeo para ver si estáis contagiados- contestó.

De camino a casa del doctor, Celia y Joselito se empezaron a encontrar muy mal, no tenían apenas fuerza, Salvador Escassis cogió en brazos a Celia, y Ernesto y Yumara ayudaron a Joselito.

Cuando llegaron a la consulta, le puso un termómetro a cada chico, -¡Oh noooo!¡ La fiebre está muy alta!-exclamó el doctor- os voy a tener que vacunar- le dijo a Joselito y Celia, - mientras ustedes poneos estas mascarillas - dijo el doctor dirigiéndose a Yumara y Ernesto.

Celia y Joselito muy asustado preguntaron “¿No moriremos, no?” “Tranquilos chicos, estoy aquí para ayudaros, con esta vacuna he salvado muchas vidas en este pueblo y seguro que todo saldrá bien”.

Celia y Joselito un poco más tranquilo respondieron: “Muchas gracias doctor”.

Al cabo de unas horas tanto Joselito como Celia aunque seguían con fiebre, estaban mejor. El doctor ofreció a los chicos una sopa caliente antes de ir a dormir. Esta noche os quedaréis aquí para guardar cama y mañana hablaremos de vuestra historia, ahora lo importante es vuestra salud.

Los chicos descansaron muy a gusto y una vez despierto fueron a desayunar con el doctor. Allí mantuvieron la siguiente conversación:

- Buenos días, le dijo el doctor a los chicos.

- Buenos días, doctor.- contestaron-.

- ¿Qué os apetece de desayunar?

- Un bollycao, dijo Joselito muy emocionado.

- ¿Un bollycao? ¿Qué es eso?

- Es un dulce relleno de chocolate.

- Recordad chicos que estamos en el año 1910, y ese dulce no existe, de todas forma os recuerdo que los dulces no son saludables, mejor comer una tostada con aceite de oliva acompañada con un buen vaso de leche.

- Vale, de acuerdo. Con el hambre que tengo, ¡me comería una vaca! - comentó Celia-. Sus compañeros y el doctor al escuchar el comentario de Celia, soltaron una gran carcajada.

El doctor y los chicos comenzaron a desayunar y el doctor preguntó:

- ¿ Cómo habéis llegado hasta aquí?

- Gracias a este libro que tengo en mis manos.- dijo Ernesto-.

- ¿Ese libro? ¿Dónde lo habéis conseguido? ¿Es mágico?- preguntó el doctor muy interesado.

- Es un libro que estaba situado en un rincón de la biblioteca y sí, es mágico, porque gracias a él hemos conocido al fundador de nuestro pueblo Ruy Pérez de Esquivel y a las personas responsables que hoy en día tengamos colegio: María Ana de la Calle y Diego Quebrado. Hasta que nos ha traído hasta aquí, con usted. - dijo Yumara-.

- Ah parece interesante y ¿por qué os ha traído hasta mí?

- Porque usted está haciendo una gran labor en nuestro pueblo, está curando a muchas personas enfermas y salvándolas de una de las epidemias más peligrosas que ha vivido nuestro pueblo - contestó Celia.

- ¿Sabe una cosa doctor?. Su nombre me suena.- dijo Joselito-.

- Claro es el nombre de la calle donde yo vivo, -dijo Ernesto-.

- ¿La calle donde tu vives?- preguntó sorprendido el doctor-.

- Sí - respondió Yumara, leí que en agradecimiento a la gran labor que hizo usted en el pueblo, se le puso a una de las calles su nombre, es una de las calles más grande de nuestro pueblo, con aceras anchas, naranjos a ambos lados, en ella se encuentra actualmente la O.F.E. (Oficina Fomento Empleo) Hace 25 años ese edificio era el ayuntamiento de nuestro pueblo.

- ¡Increíble!, ahora mismo me siento muy emocionado y a la vez orgulloso, sabiendo que en un futuro una de las calles de mi pueblo llevará mi nombre.

Los chicos estuvieron varios minutos conversando con el doctor hasta que decidieron volver a abrir el libro, porque deseaban volver a su época. Joselito muy decidido cogió el libro y pasó de página, de repente salió una ráfaga de aire que llevó a los niños a una azotea donde podía ver casi todo el pueblo.

- ¿Pero dónde estamos ahora? - preguntó Yumara. - Parece que no hemos avanzado en el tiempo. Parece que estamos en una casa grande y lujosa- ¡Mira que jardín tan grande y con una piscina!- dijo emocionado Ernesto-.

Bajaron a la segunda planta de la casa y se quedaron asombrados con los muebles tan lujosos que había allí, siguieron andando por la casa y en una habitación sentado junto a una mesa se encontraron a un hombre y una mujer.

- ¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí?,- dijo la mujer asustada-.

- Tranquila señora somos cuatro niños de El Coronil, que no sabemos en qué año estamos ni en el lugar que nos encontramos.

- ¿Cómo no lo sabéis si estáis en El Coronil? -dijo el hombre-.

- Pues no se parece mucho a nuestro pueblo, está más viejo. ¿en qué año estamos?

- Estamos en el 1915 - contestó ella.

- Sólo hemos avanzado cinco años a este paso nunca llegaremos al 2010, dijo un poco resignada Yumara.

- ¿Cómo os llamáis ? -preguntó Joselito impaciente-.

- Mi nombre es Magdalena y él es Marcelo Cerruti.

- ¿Qué casa más lujosa? ¿Cómo puedes tener esta casa? - volvió a preguntar Joselito-.

- Esta casa la tengo gracias al dinero que me manda mi padre desde Francia, él es un rico comerciante y navegante llamado Wenceslao de Luis.

Yumara se quedó pensativa durante unos instantes y susurró a sus compañeros: -Chicos ya sé con quién estamos hablando, ella es “ La Marcela”.

- No podemos contar todo lo que sabemos de ella, ya que tiene un final muy trágico, ¡recordad el trabajo de investigación que hicimos sobre ella en el cole!

- Es verdad- dijo Celia- aparte de morirse su hijo ahogado en la piscina, sobre el 1936 “ La Marcela” se suicida debido a que el padre dejó de mandarle dinero y se arruinó.

- Luego,… ¿qué hacemos?- preguntó Yumara-.

- ¿Qué os pasa chicos? ¿ Qué tramáis?- preguntó Magdalena-.

- Nada, nada - respondió rápidamente Ernesto.

- Hemos llegado hasta aquí a través de este libro mágico, somos niños que vivimos en el año 2010 y no podemos volver. - mintió Joselito-.

- ¿ El año 2010? Si falta mucho para entonces… pero… ¿un libro mágico?

- Si es un libro que nos transporta en el tiempo y queremos volver pero el libro parece que ha perdido su magia. ¿Conoces algún lugar mágico? - preguntó Joselito a Magdalena-.

- Cuenta una leyenda que en un Castillo próximo al pueblo, llamado “Castillo de las Aguzaderas”, al anochecer, aquel que encuentre una pequeña piedra brillante en una de sus torres, será transportado en el tiempo. Eso si chicos, la leyenda no dice si puede transportarte en el pasado o en el futuro y tampoco dice nada del lugar - contestó Magdalena-.

- Bueno, vayamos en busca de esa piedra. Mejor arriesgarnos por si tenemos suerte- dijo Ernesto-.

- Magdalena, ¿tienes algún medio de transporte para dejarnos?- preguntó Celia-.

- Id a mis establos que ahí hay varios caballos, os puedo dejar dos, pero… ¿sabéis montar a caballo?

Ernesto y Yumara, dijeron: - Si, dimos clases el verano pasado-.

- ¿A caballo? Me da mucho miedo montar a caballo. ¿Y si me caigo?- dijo Celia un poco miedosa-.

- Tranquila, montaras conmigo y te aseguro que no te pasará nada.- contestó Ernesto-.

- Chicos vamos, ¿a qué esperáis? acompañarme hasta la cuadra, pondremos la montura y os ayudaré a subir en ellos- se ofreció.

Los chicos acompañaron a Magdalena hasta la cuadra, allí se encontraban dos preciosos caballos. Un caballo marrón, con pelo recogido y negro, una cola muy larga, alto y doble, con piernas fuertes y musculosas. Y una yegua blanca con manchas marrón con ojos y pelo claro, más joven y de menos estatura que el caballo marrón.

- ¿Cómo se llaman?- preguntó Yumara-.

- El caballo se llama Lucero y la yegua Romera.

- ¿En cuál prefieres montar? - preguntó Ernesto a Celia que era la más miedosa.

- Prefiero en Romera que es más baja, si nos caemos la distancia será más corta.

- Vale, entonces nosotros montaremos en Lucero.- dijo Yumara-.

- Os deseo mucha suerte, dijo Magdalena. Si encontráis la piedra y conseguís vuestro objetivo, dejad los caballos atados en la puerta del Castillo, mañana iré a recogerlos.

- Muchas gracias, Magdalena por tu ayuda.- se despidieron los chicos-.

Ernesto y Celia montado en Romera fueron los primeros en salir, yendo detrás montados en Lucero Yumara y Joselito.

Tras varias horas de camino por carriles cubiertos de piedras y arenas, a lo lejos se veía un gran castillo. Fueron galopando hacía él, con la ilusión de volver al año 2010. Llegaron al castillo, ataron a los caballos en la entrada y entraron por una gran puerta. Se encontraron con un gran patio, con un árbol ladeado y una escalera a mano izquierda que accede a la segunda planta.

- Mirad no ha cambiado casi nada, la semana pasada estuve aquí con mis padres y la verdad es, que el Castillo sigue prácticamente igual. - comentó Joselito-.

- Empecemos la búsqueda que falta poco para el anochecer. Vamos a dividirnos y si tenemos alguna noticia nos avisamos mediante un silbido.- dijo Ernesto.

- Yo y Yumara, subiremos a la torre principal. - con decisión expresó Joselito-.

- De acuerdo. Yo y Ernesto subiremos por la escalera que está a la izquierda de la puerta de entrada y accederemos a las demás torres.

- ¿Quién hizo este castillo tan bonito? - preguntó Celia-.

- Fue construido por los árabes en el s. XV.- Contestó Yumara-.

- ¿Por qué se construyó?- volvió a preguntar Celia muy interesada por el tema.

- Se construyó para defender el manantial de agua de la fuente de Las Aguzaderas. Si subimos a la torre principal podemos divisar las cuatro torres más cercanas al castillo que son las de Cote, el Bollo, Lopera y del Águila. Cuando en alguna de estas torres veían acercarse a las tropas enemigas, avisaban al Castillo mediante reflejos de luz.- respondió Yumara-.

- ¿Cómo sabe tu toda esa historia?- preguntó Joselito-.

- Porque me encanta leer y de los libros siempre se aprenden cosas nuevas - respondió Yumara orgullosa-.

- Vale la historia me parece muy bien, pero recordad que hemos venido a encontrar la piedra brillante que esperemos que nos transporte a El Coronil en el año 2010 - comentó Ernesto- Empecemos la búsqueda que ya es de noche.

Yumara y Joselito empezaron a subir por una escalera oscura con peldaños de piedra en mal estado y de forma irregular que provocaba que la subida fuera lenta, ya que tenían miedo a una posible caída. Por la otra escalera del castillo, subían Celia y Ernesto, era una escalera de muy mal estado que llevaba a un camino muy estrecho, pero iban más rápido que sus compañeros porque la luz de la luna los iluminaba. Llegaron a la primera torre, buscaron durante varios minutos y solo encontraron piedras sin brillos.

Yumara y Joselito seguían avanzando poco a poco por la escalera pero muy ilusionado por encontrar la piedra, cuando iban subiendo los últimos escalones vieron una pequeña luz. Joselito muy ilusionado le comentó a Yumara: - Esperemos que esa luz proceda de la piedra,¡ me muero de ganas de volver a casa y ver a toda mi familia!-.

Terminaron de subir la escalera y se acercaron a un pequeño cobertizo, allí se encontraba una piedra minúscula pero muy brillante. -¡Ya la tenemos! ¡Voy a cogerla!, -dijo Joselito muy decidido-.

- ¡ No! ¡ No!, espera - dijo Yumara mientras sostenía a Joselito del brazo derecho. -Vamos avisar a Celia y Ernesto, no vaya a ser que la piedra nos transporte solo a nosotros, mejor estar todos juntos-.

Joselito emitió un silbido, pero no fue respondido por sus compañeros, así que decidieron silbar juntos, entre ambos silbidos se formó un ruido muy fuerte que llegó a los oídos de sus compañeros.

Ernesto y Celia respondieron de inmediato al silbido y comenzaron a bajar la escalera para dirigirse a la torre principal. Subieron la escalera oscura por donde habían pasado anteriormente Yumara y Joselito. Avanzaban cuidadosamente pero un poco más rápido que sus compañeros, la ilusión de ver la piedra brillante y poder volver a casa los hizo ágiles.

Por fin llegaron a la torre principal, de nuevo estaban los cuatros juntos. -Ahora tenemos que decidir si quedarnos con el libro mágico o la piedra brillante. - comentó Yumara- Joselito muy nervioso dijo: -Prefiero quedarme con la piedra, porque el libro nos ha metido en esta historia y a lo mejor la piedra es la que nos saca de ella-.

Yumara respondió: -Prefiero quedarme con el libro, es verdad que él nos ha metido en esta historia, pero cada vez que nos ha transportado en el tiempo hemos ido avanzando, recordad que conocimos a Ruy Pérez de Esquivel en el año 1381 y ya estamos en el año 1915-.

Celia, dijo: - Prefiero la piedra, nos ha costado mucho trabajo encontrarla. ¡Confío en ella!-.

- Luego vamos dos a uno, tú decides - dijo Yumara dirigiéndose a Ernesto.

- Estoy con Celia nos hemos esforzado bastante en encontrar esta piedra, tengo el presentimiento que será nuestra solución.

- Pues decidido, nos quedamos con la piedra brillante. Y… ¿con el libro que hacemos? ¿ nos lo llevamos con nosotros?- preguntó Joselito.

- Si, no nos lo podemos dejar atrás- contestó Ernesto agarrando el libro.

Los cuatro chicos se miraron fijamente y se acercaron a la piedra, se agacharon y la tocaron, pero para sorpresa de ellos pasaban varios minutos y seguían en la torre principal.

Celia un poco desanimada con lo ocurrido, comentó: - A lo mejor la piedra no funciona porque tenemos otro objeto mágico en nuestro poder. Probemos a tocar la piedra dejando el libro en el suelo. ¿Os parece bien? -.

- Si, probemos a ver lo que pasa. - respondieron sus compañeros-.

Entonces Ernesto, resignado, dejó el libro en una esquina de la torre y junto a Celia, Yumara y Joselito, volvieron junto a la piedra, esta vez no solo la tocaron sino que la cogieron, de repente una gran luz deslumbró a los chicos, era una luz muy intensa que alumbraba todo el castillo, esta luz absorbió a los chicos, despareciendo en unos segundos y apareciendo en ...